En la región brasileña del Mato Grosso, en el municipio de Bonito, se esconde la Gruta del Lago Azul, una espectacular cueva con una gran variedad de formaciones geológicas y un lago que se estima puede tener 90 metros de profundidad y un color de un profundo azul. Al medio día de diciembre y enero el sol llega hasta el lago y el azul rebota por las paredes de la cueva convirtiendo la visita en un verdadero espectáculo.
La cueva es una parte de una de las mayores cavidades inundadas en el planeta, es un lugar muy poco visitado por su distancia y profundidad, sin embargo se considera un lugar magico, porque en el momento en que el sol atraviesa los orificios de la cueva y se refleja en el agua, todo el lugar se torna de un azul intenso y las rocas brillan.
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